¡Hola, familias! Soy la Dra. Daniela Rendón, su pediatra. Hoy quiero abordar un tema de suma importancia para la salud de nuestros hijos y de toda la comunidad: el uso responsable de los antibióticos. Aunque son medicamentos poderosos y vitales, su uso inadecuado, especialmente en la población infantil, es un problema creciente que debemos entender y corregir.
¿Qué son los antibióticos y cuándo funcionan?
Los antibióticos son fármacos diseñados específicamente para combatir infecciones causadas por bacterias. Actúan matando las bacterias o impidiendo su crecimiento. Son herramientas maravillosas que han salvado incontables vidas desde su descubrimiento.
Sin embargo, aquí viene la clave: los antibióticos NO funcionan contra las infecciones causadas por virus. Esto incluye la gran mayoría de los resfriados comunes, la gripe, la bronquiolitis, la mayoría de las diarreas virales y muchas infecciones de garganta.
El Problema del Uso Inadecuado: La Resistencia Bacteriana
El uso excesivo e incorrecto de los antibióticos es la principal causa de la resistencia a los antibióticos. Esto significa que las bacterias se vuelven «más fuertes» y aprenden a evadir la acción de los medicamentos, haciendo que los antibióticos dejen de ser efectivos para tratar ciertas infecciones.
¿Qué implica esto para nuestros hijos?
- Infecciones que antes eran fáciles de tratar, se vuelven peligrosas y difíciles de curar.
- Se necesitan antibióticos más fuertes, con más efectos secundarios, o tratamientos más prolongados y costosos.
- En casos extremos, una infección común podría llegar a ser intratable.
¿Cuándo SÍ son necesarios los antibióticos en niños?
Tu pediatra te indicará un antibiótico solo cuando haya un diagnóstico claro de una infección bacteriana. Algunas de las condiciones que sí pueden requerir antibióticos incluyen:
- Ciertas infecciones de oído (otitis media aguda).
- Amigdalitis bacteriana (estreptocócica).
- Infecciones urinarias.
- Neumonías bacterianas.
- Algunas infecciones de piel.
Es fundamental entender que: una tos, mucosidad o fiebre, por sí solas, no siempre indican la necesidad de antibióticos. Muchas veces son síntomas de infecciones virales que mejorarán con el tiempo y con medidas de soporte (reposo, hidratación, manejo de la fiebre).
Cómo ser un Padre Responsable con los Antibióticos:
Como padres, tenemos un papel crucial en la lucha contra la resistencia a los antibióticos. Aquí algunas pautas:
- Confía en el diagnóstico de tu pediatra: Si tu pediatra dice que no es una infección bacteriana y no receta antibióticos, ¡es una buena noticia! No los exijas. Pregunta qué puedes hacer para aliviar los síntomas de tu hijo.
- No uses antibióticos sobrantes: Nunca uses antibióticos que le hayan sobrado a otro niño o a un adulto, ni los que tengas guardados de tratamientos anteriores. Podrían no ser el antibiótico adecuado y podrías estar contribuyendo a la resistencia.
- Administra el antibiótico exactamente como se indicó: Si tu hijo necesita un antibiótico, es vital seguir al pie de la letra las indicaciones de tu pediatra:
- Dosis correcta: Usa la jeringa o cuchara medidora y no improvises.
- Frecuencia exacta: Respeta los intervalos de horas (cada 8, 12, 24 horas).
- Duración completa del tratamiento: Aunque tu hijo se sienta mejor, es crucial terminar todo el curso del antibiótico. Suspenderlo antes puede permitir que las bacterias restantes se fortalezcan y se hagan resistentes.
- No compartas antibióticos: Los antibióticos son medicamentos personales y específicos para cada caso.
- Practica una buena higiene: Lavado de manos frecuente, cubrirse al toser o estornudar, y la vacunación completa son las mejores defensas contra las infecciones, reduciendo la necesidad de antibióticos.
Mi Compromiso Contigo y la Salud de tus Hijos
Como pediatra, mi prioridad es la salud de tus hijos. Cuando prescribo un antibiótico, lo hago porque la evidencia científica y mi experiencia indican que es la mejor opción para tratar una infección bacteriana específica.
Si tienes dudas sobre un diagnóstico o un tratamiento, por favor, pregúntame. Estoy aquí para educarte y acompañarte en la toma de decisiones informadas para el bienestar de tus pequeños. Juntos, podemos contribuir al uso responsable de los antibióticos y asegurar que sigan siendo efectivos para las generaciones futuras.